Paciencia

Lejos de la luz halló refugio la paciencia. Como el genio, que acomoda sus formas a la lámpara, tomó el aspecto de un algo sobre la tibia de la pierna izquierda y me impuso la tarea de lavar, secar y acicalar con las unturas que los médicos recetaron. 

Mañana, tarde, noche: 
lavar, secar, acicalar.

Quisiera poder seguir el consejo de algunos: olvidarme de la pierna, no pensar. Pero ahí está y me pide cuidado, 

mañana, tarde, noche: 
lavar, secar, acicalar.

Hay días en los que creo que voy acercándome a "eso" que debo aprender y vislumbro las luces de llegada, y días como hoy en los que la duda es ley. Días en los que el cansancio arrebata los espacios y el camino es apenas el trayecto de un miedo circular.


 

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